martes, 1 de junio de 2021

ACTIVISTAS DEL FEMINISMO

 

Tarcila Rivera (Perú)

Activista indígena y fundadora del Centro de Culturas Indígenas de Perú Chirapaq, Tarcila Rivera empezó a trabajar a los 10 años como empleada del hogar en Lima, destino nada extraño para niñas y mujeres de comunidades indígenas. Ella, no obstante, siguió también estudiando. En los 80, trabajando como periodista en la revista Pueblo Indio, recopiló los testimonios de mujeres indígenas que habían sido violadas en cárceles durante el período de violencia política, lo que hizo que la invitaran a especializarse en derechos humanos en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya. Ha contribuido, entre otras cosas, a la creación del Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas (ECMI), el Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) y la Agencia Internacional de Prensa India (AIPIN). En 2010 recibió la condecoración Orden al Mérito de la Mujer y en 2011 el Premio Visionario de la Fundación Ford.


Kavita Ramdas (India)

Nacida en Dehli a principios de la década de los 60, pasó su infancia entre la India, Reino Unido y Alemania. Estudió relaciones internacionales y desarrollo internacional, y su lista de logros es interminable. Entre ellos, presidir (y convertir en la mayor fundación pública por los derechos de las mujeres del mundo) la Global Fund for Women entre 1996 y 2010. Ha escrito y hablado mucho sobre la necesidad de una ONU más feminista (más allá de ONU Mujeres). Es fundadora de la consultora KNR Sisters, y actual directora del Programa por los Derechos de las Mujeres de Open Society Foundations. Fue también asesora estratégica de la organización por los derechos de las mujeres MADRE.


Salma Belhassine (Túnez)

Esta activista tunecina nacida a finales de los 90 es una de las responsables de la app —todavía en desarrollo— SafeNes, que busca aumentar la concienciación sobre el acoso sexual en espacios públicos, contribuir a su erradicación y poner en contacto a las víctimas con ONG especializadas en el tema. Estudia Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos. La idea de la aplicación móvil surgió en un taller del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en el que les preguntaron qué problema querrían solucionar. «Para nosotras, era el acoso sexual. Somos estudiantes, todas caminamos por la calle y tomamos transporte público y, todos los días, nos enfrentamos al acoso callejero», asegura.


Shabana Basij-Rasikh (Afganistán)

Nació en Kabul, Afganistán, y se crio bajo el régimen talibán, lo que la forzó a disfrazarse de niño para ir a una escuela secreta. Recién salida del instituto, en Estados Unidos, fundó SOLA (School of Leadership Afghanistan), una organización y escuela cuyo objetivo principal es garantizar el acceso a la educación de calidad a las niñas y mujeres afganas. En 2018, el Gobierno afgano le otorgó la Medalla Malala, en reconocimiento de su labor por la educación de las niñas.


Marcelina Bautista (México)

A los 14 años abandonó su pueblo en Oaxaca para irse a trabajar a Ciudad de México como empleada del hogar, y enseguida se dio cuenta de que el (mal)trato que recibían tanto ella como sus compañeras no era justo. Decidió hacer algo para cambiarlo. Estudió español (es hablante nativa de mixteco), se formó en derecho laboral y en el año 2000 fundó el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar, primer sindicato de trabajadoras del hogar de México.

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BIBLIOGRAFÍAS

FUENTES creative commnos. (2021). mujeres en red. el periodico feminista . Obtenido de http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1308 ...